Abejaruco europeo
El abejaruco europeo es una las aves más vistosas de nuestra fauna. Tal y como su nombre indica, se trata de un especialista en el consumo de abejas, aunque también se alimenta de otros insectos voladores. Aparte de por su colorido, uno de los más llamativos de las aves europeas, resulta muy fácil de reconocer por su característico reclamo, que emite constantemente mientras vuela y que puede ser oído desde largas distancias.
El abejaruco europeo se presenta de forma casi continua por toda la Península, a excepción de Galicia, la región cantábrica y los Pirineos. No obstante, la penetración en la cornisa cantábrica y zonas bajas de Pirineos es ya una realidad, que coincide con la expansión por zonas más altas del piso mesomediterráneo. Esta dispersión haya su causalidad en el efecto del cambio climático.
El abejaruco europeo es un migrador transahariano que inverna en el África tropical, en dos regiones separadas: una franja en África occidental, y un amplio sector más al sur, entre el Congo y Zimbabue. Abandona sus territorios de cría europeos hacia mediados de agosto, para regresar al año siguiente en marzo-abril.
Su dieta se basa en insectos que atrapa al vuelo, principalmente abejas, avispas, moscardones y libélulas. A menudo entra en conflicto con los apicultores, ya que acude con frecuencia a las colmenas para alimentarse de las abejas. Por otra parte, el abejaruco europeo también caza a la avispa asiática (Vespa velutina), temido depredador de las abejas melíferas, por lo que se presenta como un posible colaborador en el control de este insecto invasor.
La acción humana ha contribuido a la creación de taludes artificiales y, con ello, al asentamiento de nuevas zonas de cría, pese a lo cual se están perdiendo las grandes colonias, debido a las molestias ocasionadas por la expansión urbanística y el turismo, al uso de insecticidas en la agricultura y a la persecución directa de los apicultores, entre otras causas. La conservación de la especie está muy condicionada a la presencia de lugares adecuados para nidificar, por lo que la creación artificial de taludes en sitios favorables podría propiciar el asentamiento de nuevas colonias de cría.