El azor, a pesar de su mediano tamaño, es uno de nuestros más reputados cazadores alados, capaz de dar caza a presas de la envergadura de una liebre. Ave dotada de extraordinarias cualidades predadoras y de una formidable agresividad, el azor fue usado en la práctica de la cetrería.
Son precisamente esas grandes cualidades como cazador las que determinaron que, en el pasado reciente, esta rapaz fuese perseguida sin piedad bajo la infundada acusación de causar graves perjuicios a las especies cinegéticas.
En España
El azor común ocupa gran parte de la Península, si bien su distribución se hace más continua en la mitad norte (a excepción del valle del Ebro) y bastante fragmentada en la porción sur, donde la cobertura forestal, en general, es menor.
En el norte aprovecha cualquier área boscosa, incluso pinares isla de la Meseta, mientras que en el sur se refugia, preferentemente, en las zonas serranas. Es una especie vinculada a la disponibilidad de cobertura forestal.
Se encuentra prácticamente ausente en el valle del Guadalquivir, el sureste, las áreas más abiertas de Extremadura y en buena parte de la Meseta sur y falta por completo en ambos archipiélagos, Ceuta y Melilla.
Llama la atención la variación en la distribución en invierno, cuando se pueden encontrar las máximas densidades en las provincias atlánticas de Galicia, Guadalajara, Soria y en una franja que se extiende a lo largo del Prepirineo por Aragón y Cataluña. Siendo el azor una especie residente, este incremento en la densidad de ejemplares se puede asociar a desplazamientos a zonas donde encuentran una alta disponibilidad de presas.
Hábitat
El azor es un ave muy ligada a la existencia de formaciones forestales, si bien no parece manifestar una determinada preferencia por unas u otras, motivo por el cual se instala en una gran variedad de masas boscosas, desde el nivel del mar hasta los 2.000 metros de altitud.
Habita diversos parajes, siempre que encuentre cobertura forestal para anidar y resguardarse, así como presas. De este modo, a las tradicionales masas arbóreas podemos añadirles otras con arbolado más escaso, incluso en llanura, como en el caso de las ambas mesetas, donde encinares, pinares fragmentados o de repoblación, bosques-isla y bosques de galería se adaptan a su estrategia predadora.
El azor es un depredador bastante generalista, que se adapta bien a la disponibilidad de presas que le ofrece su territorio. No obstante, hay dos grupos de vertebrados que soportan una mayor presión por parte de la rapaz: las aves medianas, hasta del tamaño de un urogallo (córvidos y palomas, particularmente), y mamíferos como conejos, liebres y ardillas. No es raro que capture algunos reptiles, así como pequeñas rapaces diurnas y nocturnas y algunos pequeños carnívoros del tipo de comadrejas y armiños.